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El bajo nivel de humedad en las astilla, un factor clave para su combustión

Hace unas semanas os hablábamos de las astillas como un recurso para generar energía de biomasa. Hoy queremos profundizar más en este combustible centrándonos en uno de sus puntos más importantes: su humedad.

La humedad es un aspecto crítico y fundamental para que las astillas tengan el poder calorífico óptimo. La humedad relativa de la madera es equivalente a la cantidad de agua que posee, y en el momento de la combustión esa agua determina la energía que se puede producir.

A más humedad, menos cantidad de energía producela madera. El porcentaje aconsejable de cantidad de agua que deben de tener estos materiales no debe superar el 30-40%, por lo que las astillas muy húmedas o verdes no son recomendables para el consumo en calderas de biomasa.

El siguiente gráfico muestra la relación existente entre la humedad y el poder calorífico de los tipos de combustibles con los que poder alimentar a una caldera de biomasa.

 

Como se puede observar, los pellets poseen una baja cantidad de humedad, esto hace que su producción energética se eleve hasta los 5 kwh/kg. Otro tipo de material derivado de la madera que se puede usar para generar energía a través de la biomasa es la leña, esta materia tiene más humedad que los pellets y como consecuencia, una capacidad calorífica menor.

Gracias a las astillas, se pueden llegar a generar aproximadamente 4 kwh/kg con cantidades de agua no superiores al 20%. Como se puede ver en gráfico, las astillas que aún están verdes, no ofrecen niveles energéticos óptimos para su utilización, de ahí la importancia de un buen secado previo. Por ello, siempre se recomienda dejar transcurrir al menos un año entre el corte de la madera y su utilización como combustible.

 

Es importante tener en cuenta que las calderas de biomasa más automáticas, entre las que se encuentran nuestras calderas Hargassner ECO-HK y WTH, son capaces de regular la combustión en base a estas y otras características del combustible, con lo que son muy flexibles a la hora de aceptar astillas con distintos grados de humedad. Aun así, se suele limitar la humedad máxima del combustible, ya que el uso continuado de astillas con una elevada humedad puede ser perjudicial para los equipos debido a la condensación que se puede producir en el interior de las calderas.

Con calderas menos automatizadas, estas variaciones en la humedad pueden generar dificultades en los arranques, mayores emisiones, vapor de agua fundamentalmente, y otros problemas de funcionamiento. Por todo esto, el suministro de un combustible en buenas condiciones es fundamental.

En cuanto al almacenamiento, la astilla no requiere una instalación tan específica como para una caldera de pellets. Los factores más importantes a la hora de establecer un silo de astillas es la accesibilidad para la descarga del material así como su aislamiento de las inclemencias meteorológicas y de la humedad, pero con la ventilación suficiente para evitar la aparición de procesos de compostaje internos. Por ello Hargassner dispone de sistema de llenado de silos específicos para astilla. Puede consultar más información sobre estos sistemas en nuestra página web.