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Origen y procedencia de la biomasa
Seguramente estemos ante el primer combustible utilizado por el ser humano. Desde la aparición del fuego se han utilizado materiales naturales como hojas de árboles secas, ramas y maderos de leña para conservar encendidas las llamas para tres objetivos principales: calentarse, ver en la oscuridad y cocinar las cazas.
Si hablamos de la biomasa en la actualidad, vemos que después de una época a la sombra del carbón, gas y petróleo, está creciendo desde hace unos años como una fuerte alternativa a estos combustibles tradicionales.
Abundante y renovable 100%
Procede de la naturaleza. Es decir, estamos ante una energía renovable al ciento por ciento. Es tan renovable como abundante en el mundo. Otra ventaja. Se producen millones de toneladas de materia orgánica que se pueden aprovechar para producir energía mediante la biomasa.
Plantas, animales y nosotros mismos, mediante nuestros procesos productivos, originamos este tipo de materiales que se pueden usar, después de una transformación en combustible, para alimentar calderas de biomasa y generar calor y agua caliente.
Según su procedencia, se pueden clasificar en varios tipos:
Explotaciones forestales y sectores que trabajan la madera, como la carpintería, fábricas de muebles y los aserraderos, o simplemente la limpieza de los bosques, generan biomasa natural. Hablamos de pequeñas ramas sobrantes u hojas de árboles y matorrales que no son materiales que se usan en sus procesos productivos y son desechadas o que se encuentran de forma natural en los bosques.
Se trata de subproductos de los sectores madereros, ganaderos y agrícolas. Es decir, durante la actividad en estas industrias se generan residuos que se pueden reutilizar para producir energía debido a su gran poder calorífico.
Un ejemplo claro es el serrín, un subproducto de la industria de muebles o aserraderos. En el sector agrícola podemos encontrar residuos como la cáscara de almendra, que también puede ser utilizada como combustible en calderas de biomasa.
Hablamos de cultivos energéticos cuando dedicamos una porción de terreno para plantar cultivos que luego serán utilizados exclusivamente para la biomasa.
La concentración en una zona específica de este tipo de recursos otorga, no solo una seguridad de suministro a los usuarios de la biomasa, sino también una mayor efectividad a la hora de recoger el material.
Existen muchos tipos de cultivos energéticos y, a su vez, abundantes y variados productos obtenidos mediante este sistema.
Tipos de combustible generados con biomasa
Para que puedan usarse en calderas de biomasa, estos materiales orgánicos obtenidos de una forma u otra de la naturaleza, han de ser procesados y transformados en su mayoría. De ahí saldrán los pellets y la astilla, entre otros.
El serrín, que como comentamos antes es un tipo de biomasa residual procedente del proceso productivo de la industria maderera, se puede transformar en pellet. Un pellets mide entre 2 y 3 centímetros de largo y no es más que serrín prensado.
Es importante señalar que no se usa ningún tipo de pegamento para elaborar pellets, por lo que es 100% natural y no emite CO2*.
Otro de los combustibles de biomasa más utilizados es la astilla. Este material se puede encuadrar en la biomasa natural. Normalmente se obtiene de la entresaca de los bosques o de árboles que no son aptos para las fábricas de muebles. La fragmentación de estos pequeños árboles en trozos y su posterior secado genera la astilla.
Es otro tipo de biomasa natural. Se obtiene directamente de la naturaleza y no necesita transformación mediante ningún proceso añadido.
Aquí podemos encuadrar los huesos de aceituna, las cáscaras de almendra y otros muchos materiales con alto poder calorífico.
*Decir que el pellet sí que emite CO2, ya que toda combustión lo produce. Sin embargo se considera neutro porque se compensa con el CO2 que árboles y plantas consumieron para generar esa madera o serrín.