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¿Qué es el Miscanthus?

¿Cuáles son los retos?

En la actualidad, existe una creciente necesidad de introducir nuevas fuentes de biomasa para la generación de energía. Miscanthus son varias especies de plantas nativas de zonas tropicales de Asia, África y Oceanía, muy prometedoras para este fin. Este género de planta herbácea es una excelente materia prima de biomasa por diversos motivos.

En primer lugar, porque es una planta de rápido crecimiento, bajo contenido mineral y alta biomasa. Por ejemplo, supera en un 50% la biomasa producida del maíz. Este vegetal hace un uso optimizado de los nutrientes del suelo y apenas cuenta con necesidades fitosanitarias y de fertilización. Además, es una especie perenne cuya vida útil en una plantación puede alcanzar los veinte años, por lo que mejora la fertilidad del suelo, la biodiversidad y la retención de carbono.

Otro aspecto que destaca de esta especie es su gran capacidad de adaptación a diferentes condiciones climáticas. Los doce socios de OPTIMISC (Optimizing Miscanthus Biomass Production), proyecto que cuenta con el apoyo financiero del Seventh Framework Programme de la Unión Europea, identificaron nuevas plantas de Miscanthus adaptadas a distintas condiciones climáticas, como las heladas, la sequía o los suelos salinos.

La biomasa recogida de esta planta es útil para los procesos de combustión. De hecho, es más productiva y permite una combustión de mayor calidad que el conocido como switchgrass, aunque su coste y establecimiento sea más lento. Recolectada con la maquinaria habitual de recolección de forrajes mediante un corte anual es cuando se puede utilizar para producción de energía térmica y eléctrica y en calderas de biomasa.

Estos cultivos energéticos son sostenibles y presentan ventajas medioambientales por el aumento en la capacidad de captura del carbono del suelo y a unas necesidades bajas de insumos (fertilizantes, productos fitosanitarios, labores, etc.) respecto a otros cultivos agrícolas.

Lo que se busca con el Miscanthus son rápidos y eficientes rendimientos de biomasa, es decir, que haya un rápido crecimiento de la planta que requiera poca atención y recursos y que sea una fuente de energía regional e independiente de crisis energéticas como la actual. Es la fermentación de esta planta, tras una serie de mezclas con combustible fósil, la que genera finalmente la versión más sostenible y limpia del que hasta ahora ha sido el combustible de los aviones.

Todos estos beneficios, junto con la escasa ocupación de espacio, son los que Hargassner obtiene a través de su “Parque energético”, en el que cultiva, junto con otras, la especie ya mencionada. La misma que, dedicando inversión al descubrimiento de nuevos procesos de conversión que supongan menos consumo de energía, garantizará el futuro de los biocombustibles de segunda generación.